Hagamos de la tierra una casa dónde quedarnos, la parálisis que nos vio nacer


Somos rehenes de la narrativa hollywoodense que naturaliza y exagera la violencia en la historia como un único horizonte de pasado; donde las naciones, reinos y países se invadían mutuamente unas a otras; así, la defensa y las armas se hicieron justas y necesarias en la legitimación del vencedor donde el gandaya, el psicópata, el gañán, el mentiroso, se salía con la suya y legitimaba su superioridad natural histórica en la carrera de adaptación de las especies.

Se nos hizo aceptar como válido que una cultura por superior lograba establecer una dominación sobre la otra y sin darnos cuenta ésta se volvió nuestra realidad, haciéndonos los sometidos por un lado, pero los orgullosos portadores de la cultura moderna superior por el otro. La dominación encontró un sinfín de formas de institucionalizarse para luego ir mutando a través de los siglos hasta nuestros días. La psicosis y la pérdida de humanidad llegó a tal grado que nos ha creado un único horizonte de futuro de ciencia ficción en donde vivimos dominados por máquinas, tecnología y nuestra supuesta meta como "especie" son los viajes interplanetarios y tener cochecitos voladores.

El humanismo y la consciencia quedaron secuestrados porque impedían que continuara el desarrollo de un materialismo tecnócrata y tecnológico que con sus excreciones de tóxicos, muerte y sufrimiento inconmensurables nos insensibilizó al grado de asumirlo como natural, una realidad que ya vivimos donde por olvido, extinción y genocidio se perdió todo contacto con lo real, con lo vivo, con la madre tierra y con nuestra verdadera naturaleza.

La única curva que viene descendiendo es la de la humanidad, donde incluso popularmente se ha perdido la etimología de la palabra y se le asocia a un tipo de criatura cancerosa de la vida, que no vino de ésta, es alérgica a ella, completamente desadaptada o la ha superado; donde el medio natural, el clima, los insectos, los demás seres vivos son inconveniencias y nuestra capacidad plena como seres mágicos de poder, seres súper inteligentes y nuestra naturaleza e historia ancestral como "criadores de la vida" se ha perdido por completo, inferido todo en la afirmación constante de "el ser humano es naturalmente dañino al medio ambiente".

Junto con el medio ambiente, vivimos una destrucción de todo aquello que es humano para así convertirnos todos en robots; y es peor, de forma voluntaria, gracias a la programación (literal) que nos han alimentado por décadas a través de medios (principalmente audiovisuales).

El poder democratizante y libertador de las redes sociales se acerca a su fin (o nunca existió) cuando un grupo de personas decide qué bajar y qué dejar en su red con acusación unilateral de ser noticia falsa. Gracias a las redes y gracias al arresto domiciliario seguido a voluntad por todos en el mundo por primera vez en la historia, quien desafíe la narrativa oficial sobre el covid-19 y a la voluntad autoritaria de los dominadores (gobiernos o instituciones) será censurado e incluso perseguido. De ésta situación sólo veremos al fascismo fortalecido, y peor aún naturalizado en todos, donde ahora las personas podrán pedirles a otras que se alejen, porque quizá "estén contagiados" (ya me pasó).

Nuestra única conexión con el mundo ahora ha sido también nuestra única fuente de información en los últimos años: el internet. Con ésto, el colapso inducido puede ser desencadenado con sólo anunciarlo y orquestar algunas situaciones fabricadas. Las pérdidas millonarias ya no le importan a los trillonarios, quienes se divierten de perder una apuesta de millones en un día. Lo que desean es el control mundial y la aniquilación de las resistencias, y con éste nuevo 11-S lo han logrado, aquí un ejemplo: https://es.mongabay.com/2020/04/indigenas-asesinatos-y-covid-19-en-cuarentena-colombia/

El despertar en éste momento requiere de una cosa: que identifiquemos el mal existente, como un mal necesario y superable, y así nos pongamos finalmente manos a la obra en unirnos y vencer éste mal.

El otro escenario nos dice que todo es parte de un proceso natural -y lo es- pero que por lo tanto no es necesario hacer grandes cambios o buscar grandes cosas, que estar y aguantar, resistir y adaptarse. Sin saberlo, abogados de espiritualidades débiles y/o corruptas intentarán ayudar sumiéndonos en éste escenario, diciéndonos que lo único posible es exiliarse hacia el interior, que lo espiritual basta. Lo harán también los tecnócratas, biólogos, médicos, ingenieros, economistas, políticos y todos quienes han sido completamente adoctrinados, quienes defienden sin saberlo la agenda dictada desde las entrañas de la inteligencia artificial.

Los más optimistas verán en éste escenario, ingenuamente, la caída o colapso de un capitalismo que lo único que hace es evolucionar hacia donde quiere hacerlo. En medio de la cuarentena, el ejército estadounidense lanzó el satélite de internet de alta frecuencia AEHF-6 (ver nota en inglés). Al mismo tiempo, no se frena la instalación de antenas 5-G en los países de primer mundo. ¿no es ya allí suficientemente rápido el internet?

La injusticia, el dolor y la extinción son hoy en día insostenibles y ello no es natural ni se irá solo, o existirá siempre o ha existido siempre en el nivel que existe hoy en día. El despertar ocurre cuando nos damos cuenta que efectivamente existe un grupo de psicópatas que se les llama el 1% y que son los que orquestan todos los males de la humanidad, que son muy poderosos y que no se irán por arte de magia, o porque su sistema es insostenible, ellos siempre encontrarán la forma de prevalecer, mientras nosotros no nos demos cuenta que tenemos el poder de cambiarlo todo y hagamos lo necesario para hacerlo.

Su poder parece ser y es abrumador; pero es el poder del mal, y el mal es pequeño e insignificante ante el bien. Son seres humanos también que han caído en las tinieblas más profundas que puede haber, y lo saben, están aterrados de las repercusiones. Lo único que pueden hacer y hacen, como la empresa más exitosa de la historia, es evitar que ése día llegue, cuando despertemos y les obliguemos a rendirse, no al castigo, ése han tenido ya suficiente, sino al alivio de salir de allí abajo, de tan profunda y todopoderosa oscuridad, capaz de vaciar todo un planeta de vida y sumirlo en la psicosis de controlarlo y explicarlo todo y probarse así mejor que ella.

Vivimos rehenes de un culto que funciona como panarquía de la tecnocracia. Los niños ricos, espiritualmente inmaduros (el 1% que viven en la fosa del infierno), tienen tanta ilusión de poder construir vehículos estelares para convertirnos en una "humanidad transplanetaria" que controlar a toda la humanidad por medios inimaginables es parte de la ciencia necesaria. Ciencia se convirtió en la palabra con la que se emancipa en teoría pero se domina en aplicación. Desde siglos se viene desarrollando la epistemología de la dominación, y es la que enseñan en las escuelas, la que se investiga en las universidades, las que vimos en las caricaturas y la que imaginamos cuando escribimos libros o guiones. Ha sido todo nuestro nuestro universo, totalmente desconectado de la auténtica dimensión, profundidad y diversidad del tierra-ahora y de la naturaleza.

Sin otra opción las personas se han hecho automáticamente serviles al amo en la búsqueda incesante de sobresalir, de ser exitosos, de ser aceptados, admirados, de conseguir mejores parejas, donde por aceptación social y supervivencia se someten a la programación del mito científico y la doctrina de las academias dominantes como única verdad "comprobada científicamente" y como único horizonte de futuro.

Sin cuestionarlo y por voluntad propia se auto-impone el in-humano, arresto domiciliario, como buen ciudadano informado, que no es ignorante, algunos incluso felices de presumirlo en sus amadas redes sociales. Así acentúan el resquebrajamiento de las ya corroídas estructuras sociales, terminan de pisotear las demandas sociales de cambio, desencadenan aún más el autoritarismo y el genocidio y se sumergen aún más en la burbuja del individualismo fascista y la realidad virtual, donde el único medio para conectarse con el mundo es el Internet.

La tecnocracia al estar precedida por una teocracia, igual o peor de autoritaria y perversa, puede justificar y afianzar el pensamiento mecanicista, el mito científico y sus incuestionables dogmas culpando al fracasado pensamiento monoteísta que como él evolucionó como mito para ser intuido, visto y practicado por todos como el único universo y destino posible.

Para superarlo tenemos que identificarnos y unirnos como seres en proceso de re-humanización, re-encuentro con la naturaleza y regeneración del territorio; con una visión de futuro en equilibrio con la naturaleza sin la dependencia de la tecnología y sin significar ésto su desaparición absoluta; sino más bien el avance hacia un uso realmente inteligente y humanista de la misma.

Lograr ésto significa renunciar al mito imperante, deconstruirlo y usar sus piezas para construir una nueva epistemología que nos guíe en una nueva organización y relación mutua. En el camino encontraremos que existen ya, vastos universos alternos en cosmovisiones, humanos y territorios indígenas y ancestrales, donde la modernidad no ha terminado de destruirlo todo y de donde se afianza lo que queda de vida. Cuando en comunidad nos propongamos la tarea de enfrentar organizadamente a la oscuridad al nivel en el que se encuentra, sin ser ingenuos y recuperando el conocimiento de nuestro poder y potencial, aparecerán los remedios con los cuales desmantelar el sistema y descabezarlo de los psicópatas que lo controlan.

Para lograrlo, el reencuentro auténtico y definitivo con la tierra, la autonomía y con lo sagrado es imperante, como individuos y pequeñas nuevas comunidades primero, que serán las células que se forman con un código nuevo y sano de cómo de vivir y que ya hay. Éstas células deberán crecer y liberar en ellas en pleno el poder de reproducirse y reconstruir un cuerpo para así defenderlo del mal que le enferma.

Los cambios políticos y las revoluciones deben ser revoluciones culturales y espirituales también, las que han existido en el pasado, al intentar instituirse, han fracasado pues se les ha secuestrado el alma a sus actores. Éste secuestro ha sido posible ya que no contaban con las suficientes células, con el código lo suficientemente estructurado, con un conocimiento pleno de una cosmovisión alternativa, con el alma y cuerpo fortalecido, con la mente brillante y lúcida ni con la visión clara de aquél mundo que no es el dictado por el dominador.

Pocos se han atrevido a viajar a lo profundo de su interior (de si mismos) y a lo profundo de la naturaleza para allí encontrar la luz con la cual iluminar un hogar y una familia. Pocos están dispuestos a ver ésa luz si la hubiera y quizá seguirá oscureciendo en el mundo hasta que ésto sea posible.

Una vez allí, la luz podrá dar forma y reunir almas en familias que tras la decisión de regresar a la naturaleza, podrán comenzar un proceso de limpieza que les permita sanar, sembrar, cosechar y luego cocinar una identidad distintiva, una cultura propia emancipadora, iluminada con sus propios símbolos y guías meta-terrenos que a través de su brillo, su ejemplo y su generosidad pueda contagiar a sus vecinos con el mismo anhelo y así emancipar los territorios. Sólo en éste andar recuperaremos nuestra históricamente perdida salud, y con ello el pleno poder sobrenatural que tenemos, el cual por fin utilizaremos para ganarle la batalla al mal.

Los territorios luego podrán unirse y juntos liberar, revolucionar y reinventar su nación, su estado, su identidad y su cultura nacional  y así generar un primer sujeto libre internacional. Ya como sujeto internacional, se podrá abogar por otro modelo a nivel mundial, donde todos quepamos y donde todos los destinos sean posibles.

No es mi propósito aquí esbozar un informe completo y detallado, un método o un análisis exhaustivo. No es mi intención ser un informante, un pensador o un filósofo de escritorio. Lo que deseo es encontrar la vida y ser parte de ella, la verdadera vida, no la que tengo aquí, sentado frente a un ordenador. Mi intención con éste escrito es convocar, encontrar a mi familia cósmica, invitarla a ser parte de una célula, de una comunidad, de un círculo de "guerreros" para abocarnos al propósito ligeramente descrito en éste artículo.

La información detallada en éste ámbito es abundante, quizá algo censurada y enterrada, pero existe. Los pensadores que viven de publicar son vastos; he sido su oyente, su estudiante, y cuando les pregunté ¿cómo resolvemos ésto? su respuesta siempre fue débil. Ellos se sienten cómodos donde están, no quieren cambiar su estilo de vida, no quieren regresar a la naturaleza, su imaginación no les da. Se limitan a decir qué hacer para que hagan otros.

Así es como mi verdadera intención es dar el siguiente paso, o dar un paso, y ése paso es crear ésta célula, encontrar éste potencial sobrenatural inherentemente humano en mi y en otros, y ése es el punto, no se puede lograr solo, no podemos desencadenar éste cambio desde el individualismo, tenemos que aprender a convocar, a liderar, a convivir, a comunicarnos, a imaginar otra cosmovisión, otra forma de vida y hacerla realidad. Tenemos que desarrollar la humildad de dejar de desconocernos, de unirnos en una causa y encontrar un mismo camino.

Ésta es la visión y ésta es la invitación a ser parte de ello, a integrarse a una célula con ésta visión y misión. De ésta manera me comprometo a defender ésta visión y éste propósito que décadas me ha tomado descubrir, aprender y construir y ahora deseo enfrentar el reto de convocar y construir una nueva célula de ésta naturaleza. Estás invitado/a.

Si deseas ser parte, te invito a ponerte en contacto.

¡Cascadas de bendiciones, kanantaba, newalte tewalne, jallalla!



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