Cómo distinguir entre el espíritu de la vida y el espíritu de la destrucción


Todos somos seres espirituales. Pero nuestro espíritu a veces es guiado por espíritus que no son el espíritu de la vida. El mundo moderno ha creado una serie de espíritus, con sus mesías, sus guías espirituales y sus influencias energéticas, que buscan guiarnos hacia la creencia de que estamos en el camino hacia dios. Pero ¿cuál dios? ¿cuál camino? ¿cuál espíritu?

El mundo de hoy ha sido tomado por un espíritu, o una serie de espíritus, que buscan destruir la vida en el planeta. Quizá es parte del orden natural de vida y muerte, y esa es una ponderación muy profunda en la cual no creo haber tocado fondo aún. Mientras tanto, cuando vivimos un proceso de despertar de la consciencia, descubrimos que vivimos en este mundo tomado por este espíritu de muerte y destrucción. Es tanta la malicia que gobierna el planeta, es tan intensa la negatividad, que forzosamente recurrimos a optimismos, creencias, espíritus, que buscan alzarnos el ánimo y darnos esperanza. Esto es totalmente válido y necesario.  

Aprovechándose de esta necesidad, los espíritus del mal y de la destrucción crean movimientos, deidades y guías espirituales, disfrazados de luz y amor, que muchas veces sin que sus actores lo sepan, guían a las personas para que se «iluminen» llenándoles de esperanza, optimismo, y haciéndoles creer que "todo va a estar bien".  Todos hemos caído en las trampas de estos espíritus, podría ser no tan destructivo si tomamos los mensajes de luz y enseñanzas que nos envían y, –si somos guiados por un verdadero espíritu de vida–  después éste nos llevará a descubrir la verdad. Esa es la intención de este artículo, intentar guiarlos hacia un espíritu de la vida y la verdad.


LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS PATRIARCALES

Son las instituciones espirituales más antiguas que han instaurado el proyecto de colonización de las energías oscuras en el planeta. Utilizan los mensajes de luz y amor para controlar a la población y sembrar en ellas el miedo, la violencia, la ignorancia, la muerte y la enfermedad. Puntualmente son el Cristianismo (protestante y católico) el Islam y el Judaísmo. Uno de los espíritus destructivos más evidentes que controlan estas instituciones es el espíritu que llamo de la Monomanía homogenizadora. Es el dogma que busca convencer a todos que sólo hay UN dios, un único ser que es sagrado, (todo lo demás es profano) y en el proceso, destruir todo aquello que es plural, diverso y sagrado. Sumando  a esto, es el espíritu PATRIARCAL, que busca convencer al mundo que DIOS ES HOMBRE, denigrando la esencia femenina, destruyendo así el equilibrio natural existente.

Liberarse de esta energía monomaniaca patriarcal es más difícil en aquellas personas a quienes la religión –de formas ortodoxas o más liberales– les ha servido para sanar procesos difíciles en sus vidas. Normalmente estas personas están de acuerdo con el hecho de que las religiones están mal, pero aceptan a los dioses, mesías, espíritus o divinidades que estas religiones profesan, por ejemplo cristo. Si analizamos filosóficamente a cristo podemos encontrar diversas dialécticas muy interesantes que requieren de extensos análisis. Una que voy a compartir aquí es la siguiente.


Se profesa a veces, por algunos grupos cristianos, que el objetivo del cristianismo es llegar a ser como Jesús. Esto me parece sumamente cierto, pero en el proceso se produce el siguiente efecto: Desnaturaliza en el humano su cristianismo inherente, reforzando la idea de que es algo lejano de sí, algo difícil de alcanzar. ¿Qué pasaría, si no hubiera UN solo cristo, y viviéramos en un mundo donde todos, o muchas personas son como Jesús? Sería un mundo mucho más justo. Hay que ponderar profundamente en esta idea, de cómo profesar la cristiandad en realidad produce un efecto contrario, desnaturaliza algo que en realidad es sumamente humano y natural en todos: La compasión. Nuevamente, ¿cómo lo hace? haciendo ver y creer que solamente UN ser en el mundo fue capaz de alcanzar este estado tan "elevado", que en realidad es un estado natural en el humano, y del cual el verdadero espíritu de la cristiandad, busca (a través del efecto "espejo humeante") alejarnos. ¿No creen que esto es cierto? Sólo hace falta analizar el efecto histórico que ha tenido el cristianismo en la humanidad para entender este espíritu, evidentemente maligno. 

Esto se complementa con la naturalización moderna de la creencia que el ser humano es un ser primitivo, que evolucionó del mono, y que es natural en él ser envidioso, avaricioso, mentiroso, egoísta, violento, criminal, etc. Otras culturas (aquellas invisibilizadas por el modernismo, y en especial las amerindias) alcanzaban este estado de ser sin la necesidad de un «avatar». Los avatares que existieron, como quetzalcóatl y wirakocha, profesaron enseñanzas de manera pragmática y lograron enriquecer a las sociedades de maneras históricamente evidentes. Si se necesita un referente actual para el análisis, están los pueblos en aislamiento voluntario en la amazonía, en donde no ha llegado la colonización, y donde la compasión y demás rasgos «cristianos» son naturales en todos sus habitantes, sin la necesidad de que lo profese una entidad única varón y «divina».

"Si alguien necesita de la religión para ser buena, entonces esa persona no es buena, es como un perro amaestreado"
-Chagdud Tulku Rinpoche


LA ESPIRITUALIDAD NEW AGE

Millones de personas se han liberado de las garras destructivas de la religión, o simplemente nunca cayeron en ellas. Su vida se ha visto impulsada por la necesidad de acercarse a la espiritualidad. Existe un espíritu bueno que nos llama a la renovación, al renacimiento, a ingresar en una nueva era de la humanidad, a trascender todo tipo de fronteras y líneas divisoras y universalizarnos como seres humanos. Este espíritu es un espíritu bueno, nos da la fe de que es posible crear un mundo mejor, un mundo nuevo, y nos dice que este mundo está en proceso.  Pero que éste mundo esté en proceso no quiere decir que el mundo anterior -en el que vivimos actualmente- no haya dejado de existir. El espíritu maligno existe aún y no va a ceder a que nos liberemos de él fácilmente. El espíritu maligno es muy poderoso e inteligente, y ha creado movimientos, guías, espiritualidades modernas, que disfrazadas de este espíritu puro de renovación marean la perdiz, nos hacen perder energía, tiempo y perder el verdadero espíritu que estamos intentado alcanzar. Así que ¿cómo distinguimos si una espiritualidad, un maestro, un guía, un libro, un mensaje, no está cooptado por el espíritu maligno de la modernidad? La siguiente es una guía que busca ayudarles a distinguir el verdadero espíritu de la vida.

Individualismo vs Comunidad

Somos una comunidad humana planetaria. Estamos afrontando una crisis civilizatoria en la que la existencia de la vida está en jaque. La división ha sido una de las estrategias de la civilización colonizadora moderna para dividir, primeramente a las parejas, luego a las familias, a las comunidades y a los pueblos. Al dividir a la humanidad, se logra conquistarla. He allí el conocido refrán «divide y conquista».  Esta división de la humanidad lo logra el espíritu maligno (al que llamamos también moderno, o modernidad) a través de la naturalización del racismo, el clasismo, y lo que llama Hegel (máximo representante y recreador del modernismo) Certeza Sensible. La Certeza sensible es aquella que crea la dialéctica sujeto-objeto. Esta dialéctica produce distanciamiento. Los pueblos originarios del Abya Yala, –quienes son el referente más válido para conocer el espíritu de la vida– no conocen objetos, todos son sujetos. Ellos producen entonces el espíritu del Encariñamiento, que es la Certeza de la Proximidad. 

Esta misma certeza moderna se aplica en la organización y consciencia humana, y se reproduce como un espíritu naturalizado del individualismo, que es, una naturalización del distanciamiento en la humanidad. Muchas espiritualidades, movimientos espirituales y guías espirituales de la nueva era reproducen este mismo individualismo, aquel que busca la iluminación individual.

Un verdadero espíritu de vida, debe buscar crear comunidad. Debe buscar reunificar a los seres humanos e iluminarlos de manera colectiva. Esto no se queda allí, éste espíritu, para ser válido para la vida, debe politizarse. Al politizarse, se convierte en un movimiento colectivo de cambio, que busca desencadenar los procesos sociales de liberación humana del espíritu maligno dominador.

Una espiritualidad de vida, por más sublime que sea, tiene que ser pragmática y consciente de la realidad humana del presente. Un concepto debe convertirse en categoría. La relación cognitiva debe convertirse en praxis. Una espiritualidad de vida por lo tanto libera a la humanidad de forma práctica y tangible, que es social, política, física y espiritual.

Los espíritus malignos no quieren que la humanidad se libere, por eso crean y fomentan espiritualidades donde no existe una liberación práctica de la humanidad. Fomentan más bien la iluminación individual y la anestesia espiritual.


Por lo tanto, una espiritualidad de vida no va a producir un bienestar físico aparente e inmediato. Al contrario, una verdadera espiritualidad es aquella que fuerza a la persona y al colectivo, a encarar y sanar los profundos problemas sociales y heridas emocionales que el enfermo mundo moderno ha producido.

Anestesia Espiritual

Como hemos mencionado, el espíritu destructivo infiltrado en movimientos espirituales modernos busca crear la Anestesia Espiritual. Muchos movimientos y maestros pueden proporcionarnos herramientas muy útiles y sanadoras para nosotros, y guiarnos en un verdadero proceso de sanación e iluminación. Pero esta sanación e iluminación tienen un límite. Está limitado cuando dentro de ese proceso no existe también un proceso de liberación social y política del sistema destructivo en que vivimos. ¿Es posible sentirse bien, iluminado y sano mientras el prójimo sufre y la tierra se destruye?

Por esta razón es que no han surgido aún líderes espirituales New Age que hayan trascendido, si lo hubieran hecho, hubieran desencadenado un proceso social que hubiera llevado (o estuviera llevando) a su fin a la actual crisis civilizatoria. Podemos creer que esto es así, pero muchas evidencias nos muestran que el proyecto civilizatorio destructivo no está terminando, está creciendo, y que el despertar de la humanidad aún no es suficiente como para desencadenar el fin de este cáncer terminal.

¿Calendario Maya?

Una de las más grandes anestesias espirituales fue el supuesto fin del calendario maya. ¿Sabían que todo eso fue una gran mentira? Primeramente, el calendario de la cuenta larga (el que llamaban calendario maya, pues hay muchos diferentes «calendarios mayas») era un calendario social que solamente se usó durante el periodo clásico y que no medía ningún ciclo astronómico real. Segundo, la correlación de ese calendario de la cuenta larga extinto con el calendario gregoriano era hipotético. Existen otras correlaciones de otros investigadores que no se tomaron como válidas porque no estuvieron dentro del «consenso».

La Falsa Esperanza

Una forma de Anestesia Espiritual, son las espiritualidades modernas que nos llevan a creer que todo está bien, o todo estará bien y que seremos salvados, o que la iluminación espiritual basta. Esto lo que produce es una inercia estática social, donde la gente se conforma con los estilos de vida que llevan y el sistema de destrucción sigue su curso. Este espíritu nos hace ignorar la responsabilidad que tenemos como seres humanos del presente de hacer todo lo posible por modificar nuestro sistema civilizatorio. Pero encarar estar responsabilidad requiere una enorme fuerza, una fuerza que no todos tienen ya que el mismo sistema y espíritu maligno nos ha despojado sagazmente de la capacidad de encarar responsablemente nuestra realidad. Por la misma razón no existen muchas alternativas sociales a las cuales nos podamos unir que nos permitan salir o modificar el modelo civilizatorio que vivimos. Entendiendo esto, les hago saber que existen personas que están haciendo el sacrificio de crear sistemas de vida liberadores, es un sacrificio porque el espíritu maligno se manifiesta de muchas maneras impidiendo que esto se logre porque se está justamente liberando realmente al humano. Este sacrificio lo están llevando a cabo muy pocas personas, entre las cuales me incluyo. En el momento que se logre estarán disponibles espiritualidades integrales que son además sistemas de vida liberadores.

El Espíritu de la Vida

¿A qué o a quién nos podemos acercar, para encontrar un verdadero espíritu de la vida? Primeramente, tenemos que saber quienes y de donde somos. Tenemos que encontrar nuestro lugar. En el caso de la mayoría mestiza de América Latina ¿Son europeos? ¿Son una mezcla? Una de las manifestaciones del racismo es justamente darle demasiada importancia y relevancia a la raza. La raza no es más que un color de piel, facciones físicas que no necesariamente influyen tanto como se cree en las estructuras espirituales, sociales, psicológicas, etc. Sí lo hacen por el contrario, la educación, la formación y la creencia. Muchos son educados de manera que no está claro cuál es su lugar, cuál es su origen, a donde pertenecen. Esta pertenencia también se ve manchada por el espíritu maligno que ha creado los nacionalismos. Pertenecer a un lugar y una cultura no tiene que ver con pertenecer a un proyecto de nación republicana. Si no se parte de lo propio, se está perdido.

Así que el espíritu de la vida está en aquel lugar y su cultura a la cual pertenecemos, sea por nacimiento o por elección. Uno se integra a la vida a través de la tierra, la tierra es la madre de la vida. La tierra tiene sus culturas, y estas culturas han creado los lenguajes espirituales que podemos utilizar para relacionarnos con ella y encontrar el verdadero espíritu de la vida. En el caso del pueblo Latinoamericano, su verdadera espiritualidad es la espiritualidad de sus pueblos originarios. Se puede aprender de otras culturas y otras espiritualidades, pero siempre partiendo desde lo propio, teniendo bien ubicado su locus.

Acercarse al espíritu de la vida es entonces acercarse a las espiritualidades de los pueblos originarios, los pueblos indígenas. Porque nos hayan dicho o no, somos todos indígenas, todos somos pertenecientes a una tierra, a una cultura, a un lugar, y mientras no hagamos conexión con este lugar, con este espíritu, estaremos divagando por las epifanías de una cultura perdida, aquella creada por el espíritu maligno, de destrucción, de perdición.

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