Las enseñanzas de tlazolteotl se hallan en la parte más pura e intacta del
corazón. Aquellos en que aun permanezca un trozo de esta inocencia,
complementado con la conexión con los ancestros del Abya Yala, podrán sentir
que esto no es novedad. Para otros será útil e importante y servirá como una
conexión a la esencia más divina y pura del universo: El amor.
En el mundo occidental, donde
la tercera dimensión, el mundo material, ha sido maquiavélicamente colocada por
encima de las dimensiones no materiales, cuando se habla de la concepción se
presta más atención a las cuestiones físicas como la fertilidad y la biología detrás del acto.
También se le pone más
atención a cuestiones nuevamente físicas durante el embarazo, como la
nutrición, y las actividades y eventualidades que desarrolla y sufre la mujer,
como puede ser el tener más hambre y antojos especiales. Ya que no hay una
conexión lógica, o no nos hablan de eso en la televisión y en las escuelas, no
se considera el hecho de que existe un fuerte vínculo con el padre, que también
puede llegar a experimentar hambre, fatiga y sentimientos de tipo hormonal
durante el embarazo. En fin, el hombre globalizado moderno pone poca atención a
las cuestiones sutiles, energéticas, espirituales y psicológicas que ocurren
durante la gestación de un nuevo ser humano. Pero estas cuestiones pueden ser
determinantes en la creación y formación de una persona.
Como decía, el embarazo, el
parto y el desarrollo de un infante recibe muchas veces más atención que lo
hace la concepción, el acto sexual en el que es creado, concebido un nuevo ser.
Es el deber de cada persona, retomar este conocimiento perdido, y aplicarlo a
los nuevos seres que puedan llegar a la tierra. Poner especial atención en las
sutilezas que voy a exponer a continuación, así como otras que puedan llegar
por otros medios, todas estas centradas
alrededor del acto de concebir un ser humano, ejercerá una gran influencia y
hará una gran diferencia en las capacidades, habilidades y naturaleza del nuevo
ser que es creado.
Vamos a dividir en dos las maneras
en que llegan los nuevos seres humanos a este mundo. Aquellos que deseamos,
buscamos y hasta planeamos para su llegada, recurriendo a distintos métodos de
planificación familiar, y aquellos que llegan inesperadamente, de manera no
planificada y hasta no deseada.
Los seres que llegan por encima de nuestra voluntad.
No desear a un nuevo ser
humano puede ser normal, natural. Muchas veces llegan en contra de las
probabilidades y las posibilidades, por ejemplo, cuando una mujer se embaraza
aun cuando se utilizan métodos anticonceptivos. Cuando esto ocurre, debemos
aceptar y perdonar nuestra reacción inicial, naturalmente de rechazo, permitir
que se manifieste. Pero debemos saber, y para eso se escribe este texto, que la
llegada de un nuevo ser humano proviene de una voluntad superior, ajena,
especialmente en este caso, a la voluntad propia.
Eso se debe saber y debe
respetarse. Es una manifestación de la vida. Continuar con una actitud de
rechazo hacia un embarazo no deseado puede causar los primeros daños
irreversibles al hijo. La voluntad de traer un ser al mundo puede ser buena y
respetable. La sociedad nos dirá que es una irresponsabilidad traer un ser al
mundo cuando no se desea, cuando no se está preparado, o porque ya somos
demasiados. Esta actitud de la sociedad tenderá hacia el rechazo al recién
concebido. Es importante contrarrestar esta energía, entendiendo que la
voluntad, la conciencia y la inteligencia de un ser en llegada, es superior o
infinitamente más pura a la conciencia de uno, parcialmente adormecida por la
sociedad. Muy posiblemente se trate de un ser que está destinado a venir en ese
preciso momento. Hay que saber también que
es él el que ha elegido sus padres y su
momento de llegada.
La reacción de fastidio de
tener que cargar y mantener a un ser más es compresible y permisible. Y es
entonces que se presenta una prueba grande hacia el nuevo (o ya existente)
padre: El amor incondicional. Este nuevo ser será la prueba incambiable de
practicar el amor incondicional. Entender que la llegada de este nuevo ser es
por algo, por una voluntad divina, o superior, y que las necesidades de uno
tendrán que quedar en segundo plano.
Planificar la concepción
Los temas de fertilidad, o la
falta de esta, estarán siempre ligados a la mala vida que se tiene en las
ciudades, donde se consumen demasiados venenos, y donde se vive entre energías
demasiado estresantes y negativas. Si eliminamos o reducimos esto, no debe
haber porque enfocarse demasiado en buscar la fertilidad para concebir.
El otro aspecto que puede
influir mucho es la edad. Producto de la misma sociedad esclavizante es que,
por un lado, se deteriora mucho más rápido el cuerpo físico y por ende la
fertilidad. Por otro lado cada vez los embarazos planificados se realizan a
edades cada vez mayores, especialmente en los países y lugares más
occidentalizados y globalizados. Una
razón circula alrededor de querer estar económicamente más establecidos, lo que
es cada vez más difícil en el sistema de la esclavitud, y por lo tanto se logra
a una mayor edad. La otra razón es el querer disfrutar de la vida sólo y de la
juventud, lo que es comprensible, pero es sin duda un producto también del
sistema occidental megalómano, en el que cada vez se valoran más los deseos y
placeres personales por encima del orden sagrado y natural.
DE LA
SABIDURIA ANCESTRAL ANDINA: EL AYNI Y LOS HIJOS.
El ayni es
el sentido de la complementariedad y la reciprocidad, sobre la cual se basa
toda la cosmovisión andina. Es aplicable a todos los aspectos de la vida
humana, sea física, filosófica o espiritual. En el tema de los hijos, la vida
propia, el haber nacido, el recibir la vida, el alimento, y todo lo que es
necesario para ser un humano independiente, es una deuda contraída, la cual se
paga cuando uno tiene sus propios hijos. En el mundo andino no se puede ser un
hombre completo hasta que se está casado, se tiene hijos y uno forma parte de
una comunidad. Un sentido totalmente diferente y hasta opuesto a la ahora
preponderante tendencia que se vive en Europa, donde s on mayoría las familias que
eligen no tener hijos para así disfrutar más de sus superficiales vidas.
Hay que saber que la
fertilidad, la energía y la juventud, mengua conforme se adquiere edad. La
experiencia, madurez y solidez económica no debe ser valorada por encima de la
juventud y la pasión sexual. Los hijos nacidos de padres jóvenes heredan esta
juventud, y normalmente se desarrollan como seres más inteligentes y capaces.
Los hijos de padres mayores, aunque gozan de la estabilidad y tal vez no sufran
tanto de incidentes violentos por causa de la impaciencia de un padre joven,
tendrán constituciones físicas más débiles, y serán más dependientes.
Los abuelos nos hablan de
varias cosas que no se consideran comúnmente en la planificación familiar. La más
importante es ciertamente la concepción, cómo y cuándo se realiza. Si usted
está con planes de tener hijos, estos son algunos consejos ancestrales inspirados en la
sabiduría de la tlazolteotl que le pueden servir.
La fase lunar
Naturalmente los seres vivos
nos vemos influenciados por las fases lunares. Alrededor de la luna llena es
cuando la libido está más exaltada y más nos inclinamos a tener relaciones
sexuales. Les voy a contar de don Lauro, un abuelo indígena de Oaxaca, que
conocí en una comunidad en Chiapas. Don Lauro gustaba de caminar y acompañar a
los grupos de jóvenes que realizaban ceremonias y danzas indígenas. A mí me
tocó conocerlo en una peregrinación que realizaban danzantes aztecas desde la
ciudad de México hacia Ixcateopan de la sal, en Guerrero, en veneración a la
muerte del último gobernante azteca, Cuauhtémoc. Poco tiempo después lo topé en esta comunidad
en Chiapas, donde se realizaba ese año el consejo de visiones.
Don lauro tenía un peculiar
gusto por acercarse a las personas y decirles cómo sería su suerte, que tan
inteligente y capaces eran. -“Tú naciste en buena luna”- me dijo la primera vez
que lo conocí. –“vas a tener mucha suerte, te va a ir muy bien”- Mi madre estaba en una muy ocasional visita en
esta comunidad y lo tocó ser diagnosticada por don Lauro –“usted no nació en
buena luna”-. La reacción de mi madre,
confusa, un poco molesta, sin entender por qué estaba molesta, reflejó el
diagnóstico de don Lauro. –“Que me quiere decir”- preguntó mi madre. –“a usted
le va a costar entender las cosas”-. El
diagnóstico fue preciso, mi madre no se esmeró en entender lo que le decía don
Lauro y tomarlo constructivamente. Simplemente lo desechó como lo hace con
tantas cosas.
Para don Lauro, la fase en que
se encuentra la Luna durante la concepción determina en su mayoría el resultado
de la vida de un individuo. Mientras más cercano se esté a la luna llena, más
favorable será el destino de una persona. Naturalmente como mencioné
anteriormente, las relaciones se dan cercanas a la luna llena. La libido está exaltada.
La energía sexual es sumamente
importante en la creación de un nuevo ser humano. Mientras más energía sexual
haya durante la concepción, más sexualidad tendrá el ser concebido, y como
resultado tendrá más creatividad, inteligencia y prosperidad espiritual. Pero
también más luz de luna habrá en la
persona.
Ser concebido con mucha luz de
luna, o en una luz de luna creciente, determinará cuanta luz lunar tenemos. La
luz de luna nos ilumina espiritualmente. Nos da más que nada sensibilidad,
desde donde se desarrolla el talento, la creatividad, la inteligencia
espiritual y tantas otras cosas esenciales para ser un ser humano completo. El
otro tipo de luz es la luz solar. La luz solar nos otorga carisma,
sociabilidad, liderazgo y riqueza material. La sociedad moderna e incluso las
antiguas más recientes valoraron por demás la energía y luz solar. La
astrología determina en gran parte cuanta luz ya sea solar o lunar tenemos.
Pero algo que se omite por muchos astrólogos, y lo que nos recuerda don Lauro,
es la importancia de la fase lunar, la luz lunar, durante la concepción.
La energía sexual durante la concepción.
Hemos hablado brevemente
acerca de la influencia de la energía sexual y del acto de procreación en la
concepción de un nuevo ser humano. En este acto ejercen influencia absolutamente
todos los pensamientos, sentimientos, movimientos, aromas, sonidos –influencias
tanto internas de cada procreador, como externas, del ambiente local y
universal- en la cual es concebido un nuevo ser humano. Muchas veces el amor hace de director de la
sinfonía, y en armonía con el ambiente, el lugar, el momento, crea una historia
perfecta para la concepción de un ser. Muchas veces esta historia perfecta y
natural que surge del amor, de la cual un ser increíble nacería, es
interrumpido, por los pensamientos y situaciones de planificación familiar. Otras
veces, cuando se desea y se busca tener hijos, las situaciones en las cuales se
desarrolla el acto sexual se vuelven monótonas y hasta ambiguas.
Si se va a planificar, es
importante permitir que la improvisación, la espontaneidad y la creatividad se
manifiesten durante el acto sexual. Tener en cuenta la posición de los astros,
la luna, es importante, aunque no lo debe ser por encima de la naturalidad con
la que se desarrolla el acto. Es decir, se puede estar esperando a la luna
llena, pero la situación puede surgir antes, en ese caso es mejor dejarse fluir
por ella, que detenerla sólo porque se espera a la luna.
Por momentos en los libros de
Carlos Castaneda, que enseñan los legados toltecas, don Juan hace mención de
cómo nosotros heredamos la sexualidad de nuestros padres, según cómo ha sido el
momento de concepción. “Su pito solo le sirve para orinar, nació de una cogida
aburrida” le comenta don Juan a Castaneda, hablando de una persona que su
sexualidad era limitada debido a que sus padres lo habían concebido durante una
relación sexual monótona. Los nawales utilizan, acumulan, la energía sexual para
realizar sus ensueños y acechamientos. Una persona con poca energía sexual
tendrá que resignarse de tener relaciones, si es que desea seguir la práctica
nagualica tolteca, ya que tendrá que utilizar y acumular toda su escasa energía
sexual para lograr los ejercicios mencionados.
Es increíble pensar que de un
acto que dura tan poco tiempo, pueda depender tanto nuestra composición energética. Tener esto en
cuenta puede hacer una trascendental diferencia en la creación de un nuevo ser
humano.
Conocerse a sí mismo sabiendo cómo se fue concebido
Podemos descubrir mucho acerca
de nosotros mismos si investigamos como fue que nuestros padres nos
concibieron. Seguramente no van a querer entrar a detalles, pero la información
que puedan obtener de sus progenitores servirá mucho para conocer como es la
energía con la que fueron creados. La personalidad amorosa, sentimental y
emocional de cada persona, no solo en durante el acto sexual sino en sus
relaciones afectivas en general, guardan una curiosa relación con los
sentimientos que tenían sus padres en el momento de concebirlo.
Existen personas que han sido
concebidas por actos sexuales que podrían considerarse poco favorables, ya sea
por la monotonía, o por actos de violación o presencia de malas energías
durante la concepción. Estas personas
verán esta energía reflejada en su propia composición
sentimental-amorosa-sexual. Es importante saber que todo evoluciona, crece, y
la naturaleza tiene una extraordinaria capacidad de convertir lo podrido en un
fértil abono. En los casos de nacer de una relación en donde hubo violencia,
sería erróneo pensar que se está condenado a ser violento durante las
relaciones. En algunos casos esto puede
ser contrario y la persona puede ser demasiado tímida y miedosa a la hora de
relacionarse. Pero frente a cualquier situación, la naturaleza encuentra el
curso para hacer lo máximo posible. Si la duda y la prueba surgen, es
importante ayudarle mental y anímicamente, sabiendo que el amor todo lo puede y
que nada es definitivo.
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