Qué chistosa la confusión que puede haber entre actuar, de hacer un teatro y actuar de hacer algo al respecto. Tan naturalmente nos han programado a votar, registrarnos en el registro civil y asistir a las instituciones de lo que llaman educación donde nos reprimieron al extremo de hacernos incapaces de ver la imbecilidad en la que estamos obligados a sumergirnos y lo imbéciles que esto nos ha hecho.
La inteligencia se reprime y la espiritualidad explota al máximo tratando de salvar de la locura y el suicidio al alma cuya mente está enchufada a los datos de información "administrados" por los servicios y productos de estante pre-fabricados, artificiales, de consumo y tóxicos que provee la corporación global, las academias y sus estados nacionales y subnacionales.