¿Por qué Ixiameña?
Porque me lo contó una vecina de aquél poblado que se proclama capital de la
Amazonía paceña. De relatos de serpientes, la más bella, es aquella historia
que Yoli me contó.
Yoli era mi vecina,
que vive al frente, del otro lado del canchón. El canchón es parte de la casa
en donde llegué a alquilar un cuarto, que ocupaba para hospedarme durante mi
estadía de varios meses en Ixiamas. Fueron varios meses que tardé en entablar
una conversación con ella, su existencia se limitaba en verla salir y entrar de
su pequeña casa de madera, propiedad de un familiar suyo, acompañada por niñas,
niños, jóvenes y señoras.
Fue cuando me enferme
levemente del estómago, que tuve la necesidad de acercarme y pedir que me hagan
hervir agua para preparar un remedio. El pedido, aunque fue atendido, dio curso
a una conversación.