El Libidinoso que Fundó la Senda Verde


No se equivoquen, no es un humano, es un animal, un mono capuchino para ser más precisos. Y es que no se trata siempre de humanos, ni son los humanos los que siempre hacen todo, no señor, los animalitos también hacen de lo suyo, son muy astutos y poderosos, místicos diría yo. 


Y es que si lo vemos desde la mística, una muy real, pues fue Ciruelo, el mono capuchino, el alfa de la senda que efectivamente lo comenzó todo. Según me cuentan, él fue el primer animalito silvestre en llegar a La Senda Verde, un lugar en los yungas en donde en aquel entonces Vicky y Marcelo construían su hogar, su granja y su proyecto de turismo.

El Ser Humano -Runa/Jaq'i- en Peligro de Extinción

El siguiente artículo es un intento de contribuir a la educación y concienciación tan inherente a la Senda Verde, desde mi formación y perspectiva de la cosmovisión ancestral y la decolonialidad.

A todos los que nos hemos involucrado con éste santuario de vida silvestre, esto es voluntarios, trabajadores, visitantes, donadores y demás, nos van quedando claras muchas cosas y muchas enseñanzas se van revelando en el camino.

Una de ellas por ejemplo es que los animales nos hacen más humanos. Aprender que los animales no son objetos ha sido una de las campañas de educación permanente de La Senda Verde, y es algo que los mismos animales nos han tenido que enseñar a través de su propio sufrimiento. Son enseñanzas que llevan una a la otra, como ésta última a una sobre el amor. Amar a otro ser no es tenerlo en una jaula para ser apreciado cuando su «dueño» disponga de ello. Amar es hacer lo mejor para ese ser.