Estamos en la fecha en la que todo mundo celebra, de alguna forma u otra, algunos por diversión, otros por tradición y otros por consciencia, el retorno de los ancestros, el amaypacha, el mihkailwitl, xantolo, todos los santos, all hollow's eve.
Los mexicanos se enorgullecen pensando que su cultura es superior, adornándose de catrinas y tendiendo grandísimos altares, en las calles, en las plazas, en las casas. La gente en las ciudades lo hacen más cercano al estereotipo ya capitalizado por las corporaciones de entretenimiento que al sentido profundo que aún guardan los pueblos originarios al realizar su tradición de muertos, lejos de las grandes urbes.En Sudamérica la misma fecha responde a otros ciclos agrícolas, donde comienza la primavera, las flores y frutos se hacen disponibles y se reinician las siembras. Nos dirán que en todo el mundo, el día de todos los santos es una tradición que se remonta a los celtas, quienes recordaban en ésta fecha a los difuntos y a los santos olvidados, y que en su estrategia de expansión ecléctica la iglesia católica la incorporó a su calendario oficial, que es aún el calendario de la humanidad dominada.
Los pueblos originarios del mundo, en diferentes fechas, tenían todos, como los celtas, la misma consciencia: la de recordar, venerar, enaltecer y comulgar con sus antepasados, sus difuntos, sus tatarabuelos. Al paso de los siglos conforme nos fuimos adentrando en la gran noche de la inconsciencia, lo que era un acto consciente, se volvió tradición, ésta mutó, se adaptó a la imposición, a los nuevos imperios, y sobrevivió hasta nuestros días.
¿Pero cuál es la consciencia de nuestros antepasados? ¿Qué pasaría si pudieras hablar con ellos, qué te dirían?
Ésta es la conexión, la comunicación, que en gran parte se ha perdido, pero que ha sido para mi, la más grande luz y guía en mi camino. Hoy vengo a compartirles la importancia de recuperarla, y el contenido del mensaje que lleva.
La práctica de comulgar con la consciencia de generaciones pasadas es clave para la evolución humana. Si recordamos de dónde venimos, podemos elegir a donde vamos. Si no sabemos de donde venimos, como éramos, cuáles eran los objetivos, los planes, las visiones que tenían nuestros abuelos, entonces no sabremos por qué estamos en éste mundo. Son ellos quienes nos dieron la vida. Exitosamente, el experimento lucifer, el culto satánico que temporalmente gobierna el mundo, logró quebrar éste lazo y reducir nuestras capacidades humanas a aquellas meramente físicas e inmediatas, donde la memoria sólo puede ser guardada y transmitida a través de medios escritos –los libros– los cuales, también han sido quemados por las operaciones genocidas.
Sin embargo, por más que hayan adormecido a la mayoría, su poder no es eterno y seguramente si te lo propones, podrás despertar en ti aquellas capacidades de acceder a la memoria ancestral de tu humanidad. Ahí están las respuestas a las preguntas que quizá ni si quiera aún te has preguntado. ¿por qué estoy aquí? ¿Quién soy?
Si realmente sientes admiración por tu cultura, la que sea, por tus antepasados, por tu tierra, por el planeta, y por ésta fecha y festividad tan significativa, más que poner altares y festejar, te recomiendo permitirte un espacio para entrar en ésta reflexión, tratar de establecer ésa comunicación con tus abuelos (tataratataratatara) y tratar de responder ésas preguntas. Te van a dar algunas pistas.
1.Cuidar lo que estamos criando. Criar seres fuertes, sensibles y conscientes. Criar, crear un ambiente de libertad y amor.
Si van a la escuela, a tus hijos los obligan a negar su rostro, a no jugar, a sofocarse con su expiración. Eso no es amor. Eso es parte de una agenda oscura, muy oscura, y que ha permeado todo en la homogénea moderna sociedad humana hasta éste punto donde aparentemente no puedes hacer nada. Hace muchos años quizá pudimos, debimos hacer algo, pero no se hizo, o se hizo y no se logró. La demencia, la locura, la perdición ha crecido hasta el punto de no retorno. No hay retorno. La civilización moderna no es salvable. El único destino de la escuela, de la ciudad, del banco, de la universidad, de los gobiernos, del cáncer humano es matar el cuerpo.
El cáncer ya es generalizado, no se puede extirpar, no se puede salvar el cuerpo de la civilización actual, de las instituciones actuales, de los sistemas de producción y consumo, son insostenibles, su único destino es morir. Estúdienlo bien e independientemente, desde la economía, desde la ingeniería, desde la sociología, no tiene arreglo. Lo único que sucederá es que continuará creciendo, absorbiendo, pisando. Cada vez habrá más radiación maligna, mas sustancias nocivas, más inflación, más soledad, más separación, más locura, más violencia, más muerte súbita, más vida sin sentido, más sufrimiento, más desigualdad. Nadie lo va a corregir, nadie lo va a salvar, porque es estructuralmente insostenible, y no sólo en lo físico, sino en su génesis ideológica y conceptual. La vida no es una competencia, es una simbiosis. La dominación de unos sobre los otros perjudica a todos, y no hay forma de mantener eso.
Habrá sí, falsas promesas, de políticos, de intelectuales, de "seres espirituales" que lo único que lograrán es ampliar su tolerancia, para que sigan aquí, para que terminen de hervir junto con todos. Su granito de arena se lo lleva el viento si lo colocan en el lugar equivocado y lo han estado colocando en el lugar equivocado toda su vida. Duele verlo, pero verlo es sacar la gigantesca espina y comenzar a sanar. Nada de lo que se hace dentro del sistema tiene futuro.
¿Es éste el ambiente donde criar el futuro de la humanidad? ¿Tiene futuro ésta humanidad?
El ser humano tiene futuro, como especie. Hay quienes están conscientes de ello y harán lo necesario para salvaguardar la especie. La tierra también tiene sus mecanismos y estará bien. La vida prosperará. Eres tú quien se quedará ardiendo en el infierno del presente si no haces nada, junto con tus hijos. Tus hijos no lograrán hacer nada, porque si tú no lograste resolver tus problemas, tus traumas, tu negación, tus limitaciones, tus hábitos destructivos, tu inconsciencia, y sobre todo tu orgullo, ellos no lo lograrán tampoco. Y no importa. Se cocinarán todos juntos en el caldero de la perdición civilizatoria, de la distopía.
No se trata de salvar tu futuro, o el futuro, se trata de salvar tu presente, a ti, de poder descubrir quién eres, cuál es tu potencial, cuál es tu espíritu, cuál es tu identidad. No, no es el nombre que está registrado ante la corporación global; no, los conocimientos que aprendiste en la universidad no son ni una minúscula parte del conocimiento que está disponible y esperando a que superes tu ego, te salgas de tu identidad, de tu zona de confort y te permitas volver a aprender todo y convertirte en alguien que realmente sabe algo. Cuando sepas algo, verás el camino para construir lo nuevo. No se puede cambiar lo viejo con las estructuras de lo viejo. Hay que enfocarse en construir lo nuevo, haciendo lo viejo obsoleto.
2.Entelequia.
Todo está potencialmente en ti. En ti están tus ancestros, está el potencial de ser un humano pleno. En ti está el potencial de cambiarlo todo. En ti está el poder de crear un mañana de luz, donde impere, para tus hijos, para ti y para la humanidad, el amor, la plenitud. No es un camino fácil, de hecho, está todo el camino por delante. pero depende de ti y de nadie más, aunque no veas la lógica mecánica en ello. A eso has venido. No a ser ganado y comida para quienes cosechan todo el amor y la plenitud que no estás viviendo, si no a despertar. La humanidad debe despertar, y si no lo haces tú, ella nunca lo hará, pues tu eres ella, y ella está en ti.
In lak'ech a lak'en. Jach a Kyum tu be ta Lu'um. Tewalne, newalte.
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