Hay que cuidarse el culo - poner fin a la violencia

La luna llena en escorpio nos trae la situación de tener que hablar de lo siguiente, y no, no me gusta hablar de aspectos astrológicos. La situación es, tras un cambio brusco de hábito, un viaje intenso de aventura, después de 7 años de sedentarismo, llega un muy conocido pero poco explorado problema, una hemorroide, que nos abre a la revelación de una serie de descargas de sabiduría de los tiempos que deseo compartir con ustedes.

Todos los problemas de la humanidad, descubrí acostado con un supositorio de aguacate, se pueden resumir en una sola palabra: violencia. De la mano de ella, está la prisión mental, el mecanicismo, la creencia religiosa en una narrativa cientista, que nos hace creer que todo el universo está creado y estructurado bajo medidas fijas e inmutables. Bajo esta creencia no nos es posible modificar el universo entero; somos sujetos a los designios del destino, y al poder de los que tienen el poder.

Dicha rigidez mental, conceptual y perceptual se ve reflejada en nuestro portal más sagrado: el ano. Vivimos la negación de ello, pronunciamos constantemente versiones actualizadas de la sobrecultura impuesta de la dominación y la violencia, en donde se desprecia aún, nuestra carnalidad, nuestra oscuridad, nuestro lado salvaje, desordenado, improvisado. Heces, flatulencias y excreciones son despreciadas, contrario a lo que son: el abono, aquello que le regresamos a la tierra que nos da todo.

La rigidez del ano en la mayoría de los hombres dominados les lleva a problemas prostáticos, de colon y de disfunción eréctil. ¿Cómo se efectúa dicha rigidez, qué la provoca? La violencia. Sumemos éste primer problema con su compañero, el segundo, el del mecanisimo. En ésta unión, se vive la creencia (impuesta) de que la violencia es producida por terceros, y que nosotros somos víctimas de ello, y que debemos luchar en contra de ella. Las élites, los poderes financieros, gobiernos, ejércitos, etc. Son éllos el problema, y la fuente de la violencia. Eso creemos, erróneamente.

Realmente necesitamos algo como el círculo de medicina para abrirnos a deconstruir lo que creemos que sabemos y comenzar a aprender algo nuevo, una nueva percepción, filosofía, conocimiento y sentipensar.

El problema de la violencia vive en nosotros, y se ve en cómo tratamos a nuestros seres queridos, a nuestros hijos. La violencia sistémica es posible gracias a la violencia naturalizada e internalizada que tenemos, y que asociamos a una buena educación. El castigo, el regaño, esa forma rígida, violenta, insensible, cerrada y desactualizada que tenemos de "educar" y tratar a nuestros seres queridos. Ahí parte todo. Se acompaña del colegio. Tan pronto nacemos y crecemos más allá de la infancia, se nos cierra toda posiblidad de percibir, imaginar y crear más allá de lo mismo, el sistema de la violencia y el sistema de la "resistencia a la violencia e infructuoso intento de liberación social".

En realidad tenemos todo el poder para liberarnos y corregir en un par de años absolutamente todos los problemas que aquejan a la humanidad y junto con ella a los demás seres vivos. Lo que pasa es que simplemente no nos permitimos imaginarlo ni percibirlo, no existe escrito; bueno, quizá aquí sí, pero no lo encontrarán fácilmente difundido por ahí. 

Tenemos todo el poder para solucionarlo todo, y para hacerlo debemos ir distendiendo nuestro propio culito. Así es, el trabajo comienza en nosotros, la superación de la violencia comienza en nosotros, la sanación y solución de todos los problemas comienza cuando nosotros dejemos de procrastinar nuestro cuerpo y nuestra evolución personal. 

Nos convencieron de lo contrario, que debíamos luchar hacia afuera, confrontar a quienes evidentemente efectúan las órdenes de violencia, avasallamiento y destrucción. Y no, no digo que debemos de dejar de enfrentarles, lo que digo es que debemos ver cuánto de ellos y de ello aún hay en nosotros y preguntarnos si esto es congruente.

Llevar nuestros cuerpos y almas a otro nivel de bienestar es posible, aún estando rodeados de todo tipo de agresiones. No es fácil, pero es en realidad el único camino que tenemos: la liberación personal. Una vez liberados nuestros cuerpos, nuestras sexualidades, nuestra verdadera naturaleza y personalidad, entonces podemos imaginar crear y encontrar las vías para liberar más alla, invitar a los demás y crear comunidad de liberación.

RECETA

Aunque todo está ligado, la causa mayor de la hemorroide fue conducir por más de 6 horas contínuas en terracería a más de 4,600 metros de altura con 6 vidas a bordo, después de 7 años de no haber conducido. La lección es aceptada, como medicina, y nos abre a la reflexión. Cuidarse el culo implica atender éste tipo de situaciones, y la lección del escrito es ello. Tres días de reposo, seis supositorios de aguacate. Muchas veces no nos damos ésta oportunidad, de reposar, de recrearnos, de dejar de exigirnos tanto. El sistema no nos lo permite, y aquí llegamos a lo de siempre. Es imposible ser sano viviendo un camino del trabajo, del estudio, del dinero y del capitalismo. Para poner fin a la violencia, tenemos que poner fin a la auto-violencia, a la auto-explotación. No hay justificaciones, es un hecho, somos explotados y nada va mejorar, ni en nuestros cuerpos ni en la sociedad, si lo seguimos permitiendo. Tenemos que poner nuestros culos por delante, hacer de nuestra salud lo más importante, priorizar la salud, el descanso, la buena alimentación, el pasarla bien, la diversión, el disfrutar y vivir la vida plenamente, no canjearla por el pan de todos los días. Parece difícil de entender, pero eso es lo único que hay que hacer. Unirse a las tribus de liberación como la tribu Muxuq Nina es de las únicas posiblilidades reales que existen para alcanzar la meta de la libertad, y poner fin a la auto-violencia.

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