La Era Julian Assange

En un principio pensé que la historia de mi tocayo sería como todas, un acontecimiento más de los muchos que había, no veía en su hacer nada extraordinario. Ahora pienso diferente. Por pequeño que pareciera, lo que él hizo llegó a significar mucho y a revolucionar los tiempos en que vivimos: los tiempos de la transparencia, la era de Julian Assange.

La máquina creció hasta absorber toda nuestra información. Nuestros nombres, edades, experiencias, gustos; nuestro dinero, parte de nuestra comunicación con nuestros seres queridos, y casi todo trabajo cuya relación es con el dinero: todo lo profesional, ahora está también digitalizado y analizado; absorbido, por la máquina. Esto le dio poderes increíbles, de manipular nuestra mente y nuestra existencia, al servicio de quienes le sirven a ella.

Pero la máquina podía ser "hackeada" y la "hackeó" Julian Assange. Mostró que es vulnerable y que puede usarse en su propia contra. La humanidad al entregarse a la Inteligencia Artificial sólo logró revelar quienes eran los que estaban dormidos y a los despiertos les mostró cómo la matrix era  totalmente "hackeable" y además y por ello, su fase de dominación era una obsolescencia programada. 

En un fallo histórico, un Juez decidió no proceder con la extradición de Assange a los Estados Unidos. Muestra que el poder ya no lo tiene Estados Unidos y la nueva herramienta de dominación es el código de la máquina, y el código lo escriben los humanos. Las fichas de poder tratan de acomodarse a las nuevas herramientas distópicas de dominación en manos de lo sistematizado, pero lo único que procede es lo humano, tarde que temprano, la justicia llega.

El caos disfrazado de orden programado no puede en su intrascendencia mas que obligar a lo siguiente, aquello que sí es real y que sí funciona: la vida, la tierra, lo natural y la justicia. Quiero ver cómo Assange marca el fin del tiempo de la máquina, donde la máquina intentó hackear a la vida, controlarla, vivir de destruirla, sólo para que la vida pudiera darse cuenta de su nocividad para apagarla. 

No es la humanidad la que hay que erradicar, es la cochina máquina que la controla y deshumaniza. Es la única amenaza que hay, y no para nuestro "destino" o "futuro" sino para nuestro estado de vida en el presente. Queremos mejorar y lo haremos cuando nos demos cuenta de que basta con alejarse del ruido para poder juntarse a hablar, sanar y organizarnos para resolver el cómo apagar la fuente del ruido, la máquina.

Ak'Yah Toh' 




No hay comentarios :

Publicar un comentario

Hola Hermana, Hermano, tus comentarios son bienvenidos